LA EDUCACIÓN VIRTUAL EN EL COLEGIO QUISQUEYA, UNA NUEVA FORMA DE VIDA ESCOLAR


La educación es sin duda uno de los elementos más importantes de nuestra sociedad, ya que representa la formación de cada persona para desarrollar su capacidad intelectual, moral y afectiva de acuerdo a nuestra cultura y normas de convivencia. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, la educación ha dado un giro contundente en la forma en cómo se da el proceso de aprendizaje en los estudiantes, migrando a un método virtual y de distanciamiento. Si este será el nuevo modelo que regirá la trayectoria de la educación, es crucial que nos preguntemos… ¿si realmente funciona?

En República Dominicana, aunque el sector público aún no ha iniciado con sus funciones educativas, el centro del Colegio Quisqueya siguiendo lo establecido por el Ministerio de Educación, ha podido migrar su sistema a una plataforma virtual con una educación online propiamente dicha con la Aplicación de Microsoft Teams, la cual hasta la fecha puedo decir que ha conseguido satisfacer las necesidades principales para llevar a cabo el proceso de aprendizaje.

Sin embargo, he visto cómo un importante número de estudiantes no está muy de acuerdo ni agradado con este nuevo sistema. Para entender la razón de esto, debemos tener en cuenta un factor de gran importancia, el hecho de comprender el objetivo de formar a los profesores bajo este nuevo modo virtual. Una cosa es enseñar a usar herramientas para videoconferencias o las funciones básicas de un Entorno Virtual de Aprendizaje, pero otra cosa muy diferente es enseñar a diseñar experiencias de aprendizaje efectivas en contextos virtuales. Las consecuencias de no desarrollar bien en este punto, es sencillamente una solución superficial, que mantendrá el sistema educativo tradicional, pero a través de una pantalla. Y ahí se encuentra el error, porque el hecho de migrar el aprendizaje hacia la virtualidad, significa cambiar por completo la estructura que maneja la educación, no simplemente acomodarla en una aplicación de Microsoft. Esta es posiblemente la causa principal del disgusto que un gran porcentaje de estudiantes comparte.

Aunque la pandemia acabe, la sociedad no será la misma que aquella que éramos en el 2019, así mismo ocurrirá con la educación. Ésta debe cambiar porque ya el esquema social no será el mismo, por lo tanto, el plan educativo debe terminar de evolucionar a un nuevo esquema donde lo tecnológico y las experiencias virtuales para el aprendizaje sean su centro de funcionamiento, en vez de refugiarse temporalmente bajo estas herramientas. Para ello, poco a poco deberán ir desapareciendo los recursos físicos como el exceso de libros, cuadernos y enciclopedias, mientras que los avances tecnológicos van cada vez fortaleciendo las ventajas de la virtualidad y su impacto en el aprendizaje.

Claro está que el reto para el Centro Educativo es mantener el nivel académico, sin perder la calidez ni la “cercanía”, y ciertamente han logrado buenas cosas con esta plataforma con la que actualmente estamos trabajando. No obstante, esto no quiere decir que no se siga dando un mejoramiento en el uso de las herramientas virtuales y en la modernización del Sistema Educativo, porque es importante continuar desarrollando y trabajando las debilidades que competen a nuestra educación. Haciendo hincapié en el aprovechamiento al máximo del tiempo, la dinamización del aprendizaje tecnológico y los recursos a los que cuales tenemos acceso.

Al fin y al cabo, esto no es sólo un trabajo que incluye a la administración y líderes del Colegio, sino que es un trabajo de todos, incluyéndonos a nosotros como estudiantes. Sí, a nosotros, ya que conformamos la unidad principal en el proceso educativo y somos los protagonistas de nuestro propio aprendizaje. La educación virtual es una nueva forma de vida escolar para nosotros, pero eso en ningún momento nos quita nuestro papel protagónico. Primero depende de nosotros el querer aprender, indagar y explorar, no sólo de conocimientos académicos, sino también de aquellos que nos formarán como personas y ciudadanos para poder marcar una diferencia en esta sociedad en un gran proceso de cambios.
                                                                                                                                    Sebastián Alberto Gómez Álvarez



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